
Siempre la noche me ha regalado cosas maravillosas, pero hoy me sorprendió la mañana con un presente que difícilmente olvidaré, me regalo una mirada a través de la cual ví la mirada del mundo, que se extingue a cada segundo y acepta resignado su destino.
En esa mirada ví la profundidad de los años, la magnificencia del tiempo, mientras fijaba mis ojos en esa mirada para descubrir lo que había en ella, sentí un escalofrío y una desnudez inclemente. En esa mirada ví reflejado el olvido de toda la humanidad frente a los gritos de personas que mueren a cada segundo elevando plegarias y clamando misericordia, ví a los fantasmas que caminan con paso fúnebre por las calles, por las ciudades, por el mundo, creyendo estar vivos en un mundo que ya los asesino hace mucho, ví la melancolía de todas las personas que añoran su juventud perdida, por culpa de la fragilidad del hombre ante un mundo caníbal.
Ví la caja de recuerdos del mundo, que en sus entrañas se mezclaban, guerras eternas, suelos teñidos por sangre, caminantes con miles de historias, libros olvidados, hojas sueltas, mujeres hermosas, pasiones inmortales, lagrimas derramadas, abrazos sinceros, amantes, odio y amor, gritos, plegarias y oraciones, descubri al dictador tirano y al esclavo resignado, me choque con los colores del mundo, con sus fotografias eternas, conocí sus flores así como su decadencia.
Mirada que se clavo en mis pupilas para quedarse grabada para siempre en ellas, regalo de la mañana clara y monotona, que hoy se convirtió en la portadora de la mirada del que sufre, del que pide, del aquel que clama, un espacio en este mundo que hoy o talvez siempre le dio la espalda.
Y así es su plegaria: "mundo dame un espacio en tus entrañas para llevar mis despojos, mis miserias y mi soledad, para finalmente poder descansar. En paz con mi alma y con el universo, porque me aterra fenecer en el olvido y en la nada , que se ve tan oscura y tan fría" Amén.
En esa mirada ví la profundidad de los años, la magnificencia del tiempo, mientras fijaba mis ojos en esa mirada para descubrir lo que había en ella, sentí un escalofrío y una desnudez inclemente. En esa mirada ví reflejado el olvido de toda la humanidad frente a los gritos de personas que mueren a cada segundo elevando plegarias y clamando misericordia, ví a los fantasmas que caminan con paso fúnebre por las calles, por las ciudades, por el mundo, creyendo estar vivos en un mundo que ya los asesino hace mucho, ví la melancolía de todas las personas que añoran su juventud perdida, por culpa de la fragilidad del hombre ante un mundo caníbal.
Ví la caja de recuerdos del mundo, que en sus entrañas se mezclaban, guerras eternas, suelos teñidos por sangre, caminantes con miles de historias, libros olvidados, hojas sueltas, mujeres hermosas, pasiones inmortales, lagrimas derramadas, abrazos sinceros, amantes, odio y amor, gritos, plegarias y oraciones, descubri al dictador tirano y al esclavo resignado, me choque con los colores del mundo, con sus fotografias eternas, conocí sus flores así como su decadencia.
Mirada que se clavo en mis pupilas para quedarse grabada para siempre en ellas, regalo de la mañana clara y monotona, que hoy se convirtió en la portadora de la mirada del que sufre, del que pide, del aquel que clama, un espacio en este mundo que hoy o talvez siempre le dio la espalda.
Y así es su plegaria: "mundo dame un espacio en tus entrañas para llevar mis despojos, mis miserias y mi soledad, para finalmente poder descansar. En paz con mi alma y con el universo, porque me aterra fenecer en el olvido y en la nada , que se ve tan oscura y tan fría" Amén.