
En el instante en que el primer rayo de luz va deslizándose entre las nubes aun difusas por la noche, sabemos que un nuevo día empieza a florecer y nos vemos atrapados en un segundo sueño formado por esperanzas e incertidumbres que a veces nos abruman, este sueño se muestra y fenece en nuestras pupilas, haciéndolo parecer eterno, como si el tiempo se detuviera en el camino que recorre este rayo hacia nuestro rostro.
Terminado el sueño abrazamos la realidad imponente, que con fuerza indecible nos mueve como hojas de otoño, que van por el mundo hasta perderse con el horizonte. Ilusiones invaden nuestro corazón y vamos como niños maravillados por este mundo tan basto, que nos muestra miles de matices que se graban en nuestro ser tan sensible, tan indescifrable .
Fascinados comenzamos un sendero desconocido con la esperanza de descubrir al mundo y sus mieles, encontrando a cada instante fragmentos de Él, fragmentos que nos hacen saber que existimos para ser testigos de un espectáculo exquisito, en este viaje vemos a nuestro alrededor y nos reconocemos entre el mundo que nos estalla en las pupilas, hablamos de la vida que nos vio crecer, compartimos los fragmentos de belleza que llegaron a nuestro paso y finalmente sentimos a cada instante como nos acercamos a nuestro ultimo paraje, ese paraje que muchos nos resistimos a observar, ese horizonte que no tiene limites, ese momento incomparable e indescriptible cuando regresaremos a ese instante donde todo inicio y veremos extasiados como ese rayo va esculpiendo con frenesí poético un nuevo camino por recorrer.
Resumén de los infinitos ciclos que conforman el universo ...
ResponderEliminar