Una sensación de pronto a invadido mi noche en calma, he de confesar que ahora me encuentro cautivo en un delirante hipnotismo, que viene a mi en forma de halos intensos, que incrustan en mi interior llamas infinitas, que van quemando todo rastro de cordura, para llevarme a un abismo de pasión incontenible que va al compás de una melodía que rebosa de formas ovaladas y tersas, que me acogen en su seno, arrullándome con una melodía de ruidos primitivos y palpitantes, que ahora se encargan de escribir estas lineas que quizás mañana no recuerde por el desvarío que esta melodía produce.
Mis manos recorren este verso, como apasionados danzantes, que fluyen como el viento a través de la piel, que va calando toda fibra, toda barrera, para desplegar sus alas hacia los mas íntimos pasajes del Yo, desnudando con sutileza el origen de todo, tan sencillo como infinito, que celosos ocultamos para evitar el juicio inclemente de un mundo lleno de fachadas.
Esta noche no soy Yo el que escribe, son mis manos guiadas por algo que aun no comprendo, pero que fluye con pasión, cuando me encuentro embargado por una sensación que crea en mi un vórtice hacia un mundo exaltado, que me abstraen del mundo tal como lo conozco y hace que mis sentidos se desborden junto con el palpitar insaciable de mi corazón.
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