Ciertamente puedo decir, que es menester mio pensar que los sucesos que ocurren en la vida, no son casuales. Tiempo atras esto parecia ser una idea invisible a mi realidad, las personas iban y venían, como las pinzeladas de un lienzo sin terminar. Es curioso como a veces nos perdemos en nuestros propios recuerdos, sin reconocer la significancia de los mismos.
De esta manera pintoresca, un día despiertas y ya no percibes mas la diferencia entre los días, todos tienen la misma trama, diferentes actores repiten el libreto una y otra vez, pero como en toda ecuación de la vida, siempre hay una variable que modifica todos los esquemas, pero es el tiempo el que finalmente da paso a nuevas formas de ver las cosas.
Una noche en particular, sin tiempo ni espacio, intente juntar todos los fragmentos del camino ya recorrido, he intente repasar todos los pasajes creados por mi andar, y recorde muchos rostros, muchas palabras, muchas melodias e incontables parajes, que han llegado a mi, en diversas formas, diseñando con magestuosa tenacidad mi presente, que es el producto de un sin numero de señales ignoradas a veces, escuchadas algunas otras y que ahora se replican en mi corazón, con estruendo profundo y con fulgor intenso, que me hacen saber que aquella noche apasionada, que aquella conversación intensa, que aquella caricia suave, que aquel silencio prologando, que aquel camino que no elegí, han tenido un proposito final, que aun se presenta inconcluso para mi, pero que finalmente es parte de este gran lienzo llamado vida.
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